Calafate era el destino argentino que siempre quise conocer. Viajamos en familia, dos adultos y dos niñas de siete y dos años, y pasamos unos días muy divertidos. Elegimos llegar al Glaciar Perito Moreno con la excursión Seno de Mayo: un viaje en barco muy ameno, con guías muy graciosos y caminatas aptas para niños por senderos de ensueños donde la flora y fauna de la zona desbordaba a nuestro alrededor.
Los paisajes que conocimos, las cascadas y los árboles, nos cautivaron. Sin lugar a dudas fue la mejor opción para llegar al Parque y encontrarnos con esa pared de hielo única en el mundo. Naturaleza pura, en todo su esplendor.
Además de los tours al Parque Nacional nos pasamos los días caminando por el centro, visitando la reserva Laguna Nimez –todavía nos acordamos del fuerte viento patagónico que arrasó con nosotros ahí- y disfrutando de los museos y gastronomía local. ¡Volvería a El Calafate una y mil veces!